13 septiembre 2005

UN HOMOSEXUAL DENUNCIA QUE EL SACRISTÁN DE PICASSENT LE ECHÓ DE LA IGLESIA POR "INDIGNO"



José Vicente Sanchis dice que se sintió avergonzado y sufrió ataque de ansiedad

«Si tuvieras vergüenza no entrarías en la casa de la Virgen. Es indigno que estés aquí». Según Jose Vicente Sanchis estas fueron las palabras que le «dedicó» el sacristán de la ermita de Nuestra Señora de Vallivana, en Picassent, tras la procesión en honor a la patrona del municipio.

Jose Vicente asegura que el sacristán le gritó en público y le echó del templo en un «claro ejemplo de homofobia» ya que Jose Vicente es homosexual y «salió del armario» hace escasos meses, justo cuando proclamó a bombo y platillo que iba a casarse con Jonathan, su pareja desde hace dos años, convirtiéndose así en los primeros de la Comunidad que iniciaban los trámites tras la aprobación de la ley.

Jose Vicente relata que, como todos los años, acudió a la procesión de la Mare de Déu de Vallivana, y entró en la ermita para cantar los gozos a la virgen con el coro, y fotografiarse junto a la imagen de la patrona de su municipio. «Es una tradición en el pueblo, y yo soy devoto de la patrona de Picassent. Fui con Jonathan, mi pareja, y todo iba estupendamente bien hasta que la comitiva de religiosos salió de la sacristía», comenta Jose Vicente.

El joven afirma que se encontraba en el pasillo hablando con una pareja amiga, y fue entonces cuando el sacristán de la ermita le echó del templo a gritos. «Vino hacia mí directo, diciéndome que dejara de montar espectáculos en la televisión, que era indigno de estar allí, y que si tuviera vergüenza no entraría en la casa de la Virgen», comenta Jose Vicente. Cuando el joven salió del templo fue cuando se dio cuenta de lo que había pasado. «Mientras me estaba gritando no era consciente de lo que pasaba. Me sentí avergonzado. De hecho no volví al pueblo hasta el domingo. Jamás hubiera esperado que esto me pasara. Tuve hasta un ataque de ansiedad», comenta Jose Vicente.

Sin embargo, para este vecino de Picassent lo más grave es que su familia se haya visto envuelta en este «desagradable» incidente. «La gente del pueblo oyó los gritos y le pregunta a ami madre que qué hice yo para que el sacristán me echara. Pues no hice nada. Sólo ser homosexual, parece que ese es mi delito», comenta Jose Vicente.

El sacristán de la ermita de Nuestra Señora de la Vallivana aseguró que «yo soy amigo de Jose Vicente y ya le dije lo que le tenía que decir». Y ahí dio por zanjada la conversación.

El presidente de la Cofradía de Nuestra Señora de la Vallivana comentó que tiene una conversación pendiente con el párroco, pero que éste se encuentra de vacaciones. Desde el arzobispado de Valencia tampoco quisieron hacer declaraciones al respeto.

Información extraida de: Levante

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