12 octubre 2005

LA CUMBRE IBEROAMERICANA ANTE LA REALIDAD HOMOSEXUAL Y TRANSEXUAL



Por Jordi Petit*

Hablar de las personas homosexuales, bisexuales y transexuales en América Latina y Caribe es describir una situación de marginación y hasta de represión social, casi siempre con la connivencia o indiferencia de los estados. La homosexualidad es legal en casi toda la región, pero eso no impide que cada año los informes de Amnistía Internacional y de la Asociación Internacional de Lesbianas y Gais (ILGA), denuncien en toda el área continuos atropellos, desde actuaciones arbitrarias de la policía hasta crímenes de odio por homofobia y transfobia.

En México se han perpetrado cerca de 900 de estos asesinatos en los últimos diez años, la mayoría sin ser investigados ni resueltos, cifras igualmente terribles como las registradas en Brasil por el Grupo Gay de Bahía, 2.218 víctimas desde 1963 hasta 2002.

De los 126 asesinatos censados en 2002 en Brasil, 90 corresponden a hombres gays, 32 a transexuales y 4 a lesbianas. Tampoco los gobiernos de la región priorizan la prevención y la lucha contra el VIH/SIDA de una manera eficaz hacia la comunidad homo y transexual, salvo algunas excepciones. Se trata de otro tipo de condena a muerte, todo un holocausto.

También hubo violencia directamente política, como los 26 asesinatos que la Comisión de la Verdad y la Reconciliación de Perú, refiere sobre la región nor-occidental del país, cometidos entre 1980 y 2000, a manos de grupos terroristas y hasta del ejército.

¿Qué más podemos decir?. Las normas del machismo y el rechazo a la diferencia rigen mayoritariamente en un clima que oprime desde la escuela y la familia, que castiga a gays, lesbianas y transexuales al ostracismo, el miedo y la ocultación. Las condenas del integrismo religioso no hacen más que agravar las cosas.

La Cumbre Iberoamericana de Salamanca (que se llevará a cabo el 14 y 15 de octubre próximo) debe de abordar esta ignominia que sufren unos ciudadanos y ciudadanas que son iguales en deberes y sin embargo desiguales en derechos hasta extremos indecibles. Contrasta además la evolución registrada en España donde esos mismos gays y lesbianas han alcanzado plena igualdad legal, pueden casarse y adoptar. Por eso a los grupos lgbt de este país, como la FELGT y la CGL, denunciamos esta dura realidad y exigimos medidas solidarias a esta cumbre.

El movimiento de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales (lgbt) en América Latina y Caribe ha avanzado notablemente desde la consolidación de las democracias tras las dictaduras militares, y sin embargo hasta fecha muy reciente no ha llegado a comprometer mínimamente a los representantes gubernamentales. Gracias al trabajo social realizado y a la convergencia con otros movimientos de emancipación, especialmente el feminismo, se llega por vez primera a la inclusión de la orientación sexual en la lista de discriminaciones a combatir, según resolución de la Conferencia Regional de las Américas, de 5 a 7 de diciembre de 2000 en Santiago de Chile (encuentro oficial de gobiernos y ONG's para preparar la posterior cumbre de ONU contra el racismo. En síntesis se trata de tomar medidas para garantizar el pleno ejercicio de los derechos de las personas a partir de su expresión, orientación sexual e identidad de género. Son cambios legales, educativos y de apoyo a las organizaciones lgbt, que van desde evitar la burla en los medios de comunicación a reprimir y prevenir agresiones y asesinatos.

En suma promover un cambio cultural que respete la diversidad. No solo esta Cumbre Iberoamericana debe verse concernida, también las agencias y ONG's de cooperación al desarrollo que actúan en esos países han de abrir su agenda a las personas lgbt. Los derechos de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales son derechos humanos.

* Jordi Petit, es ex-secretario general de la Asociación Internacional de Lesbianas y Gays, ILGA, www.ilga.org

Nota del autor: Agradecimiento especial a los aportes para este artículo de los activistas Jorge Bracamonte del MHOL (Perú), Belissa Andia Pérez del Instituto RUNA (Perú) y Gloria Careaga del Closet de Sor Juana (México).

Información extraida de: Jordi petit

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