31 enero 2006

MEXICO. PREVALECEN AGRESIONES CONTRA LA COMUNIDAD GAY



Denuncian hostigamiento hasta por autoridades; enfrentan una ciudad en la que no pueden mostrarse, dicen

Una pareja de hombre y mujer que se besan en cualquier calle de la ciudad, no tiene ningún problema por eso, en cambio, una pareja homosexual que se atreve a tener la misma expresión de cariño es hostigada por los ojos de los demás e incluso hasta por las autoridades.
Ése es uno de los grandes problemas que enfrenta el sector de gays y lesbianas, quienes enfrentan diariamente una ciudad en la que no pueden mostrarse libremente, aseguró Abimael Yaoi.

Las calles de la ciudad y su gente han reservado para Abimael toda serie de agresiones.

"Una vez iba caminado cerca de mi casa y me aventaron una piedra en la cabeza desde una camioneta en la que iban unos chavos que me gritaban ¡puto, puto!"

Otra vez, relata, se me ocurrió darle un beso a mi pareja, y sólo por eso, unos policías nos querían subir a la patrulla, acusándonos de exhibicionismo o bien nos "hacían el favor" de dejarnos ir si les entregaba un reproductor portátil de discos compactos que traía.

"Ni le di el aparato ni dejé que nos llevaran, porque no hay ninguna ley que diga que es delito besar a tu pareja en la calle y porque en teoría vivimos en una ciudad de libertades."

Pero sólo en la teoría, reafirmó Josué Quino, coordinador del Centro de Atención Integral de los Adolescentes y Jóvenes Gays, Lesbianas y Bisexuales de México.

Es lamentable que en esta gran ciudad tenga que existir un espacio acotado para mostrarnos y que es la Zona Rosa.

"Fuera de aquí, pocos se atreven a ir tomados de la mano, porque sigue sin existir una cultura de respeto", manifestó.

Lo ideal, coincide Carmen, quien es lesbiana, es que no existiera una "zona de tolerancia", como lo llaman algunos, sino que la ciudad la pudieran vivir por igual todos.

"No tenemos peste para que nos limiten a unas cuantas calles", dijo, aunque reconoció que la Zona Rosa es un espacio que se han ganado tras muchos años de lucha.

"Si bien no debería existir un perímetro para ser libres, en realidad se ha convertido en una especie de oasis para nosotros", concluyó.

Cabe recordar que Raúl Osiel Marroquín Reyes, El Sádico, presunto asesino de homosexuales, frecuentaba antros y bares de la Zona Rosa, donde conocía a gays para secuestrarlos y después matarlos.

No obstante, también es una zona donde los policías buscan extorsionar con mayor frecuencia a este sector, alertó, Josué Quino.

Precisamente, por la concentración de gays y lesbianas que aquí se da y las manifestaciones abiertas de cariño que se permiten algunos, los policías siempre están buscando a quién molestar y eso es también una forma de discriminación.

El problema, abundó, es que muchos desconocen sus derechos y por eso se dejan extorsionar.

En ese sentido, dijo, el reto para esta comunidad es que todos los que tienen una preferencia sexual distinta, la ejerzan con pleno conocimiento de sus derechos.

Información extraida de: El Universal

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