18 enero 2006

ZAPATERO: "NO HAY NINGUNA MORAL NI NINGUNA QUE SE PUEDA IMPONER EN LAS LEYES"



El presidente fue preguntado por la relación entre el Gobierno y la Iglesia por un grupo de alumnos de un instituto de Jaén.

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo hoy que en un país aconfesional como España «no hay ninguna moral ni ninguna religión que se pueda imponer en las leyes» y aseveró: «la fe no se legisla».

Zapatero hizo estas consideraciones al ser preguntado por las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia en la conversación que mantuvo con un grupo de alumnos del instituto Jabalcuz de Jaén durante la visita que realizó a este centro docente.

El jefe del Ejecutivo dijo que España tiene una relación con la Iglesia católica «de gran consideración», y aunque es un Estado aconfesional, la Constitución habla de una relación singular con ella y hay un acuerdo de contribución financiera.

«Pero lo que tiene que estar muy claro es que un país aconfesional es un país en el que los valores cívicos, desde todos los puntos de vista, establecen que no hay ninguna moral ni ninguna religión que se pueda imponer en las leyes», añadió.

Agregó que las leyes tienen que respetar todas las confesiones religiosas y deben tener en cuenta las mayoritarias, como la católica en el caso de España, pero insistió en que ni en la educación (con la enseñanza de la religión) ni en las leyes civiles (citó entre ellas la que permite el matrimonio entre homosexuales), se puede traspasar una u otra concepción moral.

«La fe no se legisla, la fe es algo de cada uno, y legislar se legisla desde una óptica que, en mi opinión, tiene que ser en democracia el extender al máximo los derechos individuales y reconocer al máximo la pluralidad que una sociedad tiene», subrayó Zapatero.

Insistió en que ninguna fe ni religión puede imponer sus tesis en la convivencia civil y, por ello, explicó que el Gobierno, ante la enseñanza de la religión, ha optado por lo que considera que es más coherente con ello: que todos los alumnos tengan derecho a estudiarla, pero de forma voluntaria.

Añadió que la religión no es una asignatura de conocimiento que capacite para el ejercicio de una profesión, sino que es una cuestión individual, de fe, absolutamente respetable y que no debe ser evaluable.

«Ese es el equilibrio razonable en un sistema democrático y en un país aconfesional», precisó.

Información extraida de: Diario de León

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