27 junio 2006

MILES DE MENORES VIVEN EN HOGARES CON PADRES Y MADRES HOMOSEXUALES



Los activistas reclaman la aceptación social de los nuevos modelos de familia

Al menos 80.000 niños viven con padres gays o madres lesbianas, según una estimación obtenida a partir de estudios europeos y estadounidenses. En Europa, cerca del 1% de los gays (el 15% de las lesbianas) tiene hijos. El estudio más cauteloso elaborado en Estados Unidos (Stacey y Biblarz, 2001) calculaba que los menores que crecerían en esta sociedad con parejas homosexuales serían del 1% al 12% de la población adolescente. Trasladando la horquilla más reducida a datos españoles (casi ocho millones menores de 18 años en 2001), una estimación conservadora arroja los 80.000 menores.

A pesar de la ausencia de estudios de este tipo en España, como lamenta la profesora de psicología evolutiva y de la educación de la Universidad de Sevilla María del Mar González, a nadie se le escapa que la diversidad familiar es un hecho. No sólo padres homosexuales y madres lesbianas. Familias monoparentales o reconstituidas forman parte de nuevos modelos que avanzan en nuestra sociedad y que quizás lleguen a ser mayoritarias, como apuntan desde la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGT). Estas modalidades de convivencia "son un hecho" ya consolidado, como apunta Beatriz Gimeno, presidenta de la FELGT, que, pese a ello y a los avances legales, echa en falta "hacer más visible esta diversidad y reivindicarla como una riqueza" de toda la sociedad.

A este reto responde el Congreso Diversidad Familiar en Europa celebrado entre el jueves y el sábado en Valencia, impulsado por la FELGT y la Unión de Asociaciones Familiares. "Tratar de combatir la diversidad familiar no tiene sentido", comenta, ya que es "una seña de identidad de nuestra sociedad". Por el contrario, no reconocer que la familia ha cambiado forma parte de "un discurso conservador, que se opone a la libertad, a la pluralidad, al mestizaje, a la autonomía de las personas...". La cuestión, para Gimeno, no está en atacar a la familia tradicional -"que también es nuestra familia, la de mis padres, mis tíos, mis abuelos"-, sino que la defensa de esta familia por determinados grupos sociales se ha convertido en un símbolo, en "la esencia de un modelo de sociedad, no defienden a la familia sino a un modelo de sociedad excluyente". La responsable de la FELGT no niega que se haya "avanzado mucho", especialmente con la ley del matrimonio entre personas del mismo sexo, aunque quizás no haya calado socialmente, mientras que se mantienen los tópicos sobre la familia tradicional. Uno de los prejuicios más extendidos es el que pone en duda las capacidades educativas de los padres homosexuales.

Mar González pasó muy por encima de este tema al tratar las Fortalezas y debilidades de las familias homoparentales en su ponencia. "Los niños crecen bien, es algo avalado por diversos estudios y eso apenas lo voy a plantear", apuntó. Tras años de trabajos en Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, Suecia o Bélgica, la Academia Americana de Pediatría en un número especial de febrero de 2002 exponía que existe "un conjunto considerable de literatura profesional que sugiere que los niños y niñas con padres homosexuales tienen las mismas ventajas y expectativas de salud, ajuste y desarrollo que los niños cuyos padres son heterosexuales". Para demostrarlo, tomó como base los requisitos para establecer si una familia está capacitada para adoptar, los criterios de idoneidad. E indicó que tanto en los aspectos referidos a contar con perfiles personales sanos, capacidades educativas adecuadas, dinámicas familiares saludables y apoyo social suficiente, "no hay diferencias sustanciales", por lo que "pueden ser contextos adecuados para el desarrollo".

A partir de los datos extraídos de 28 familias homoparentales con menores y 16 hijos de 18 a 31 años que viven con gays y lesbianas, Mar González ha observado que suelen ser familias en las que hay relaciones más igualitarias y en las que los chicos y chicas son más flexibles en sus roles de género. También que se educan en una sexualidad libre y una cultura más tolerante hacia la diferencia. Además, sus padres son personas con una paternidad o una maternidad "muy reflexionada" a la que "no llegan por casualidad" sino a través de un proceso de maduración pensado durante largo tiempo, ya que aún "no es un paso sencillo" que una persona homosexual decida tener hijos. Frente a estas "fortalezas potenciales" también han de hacer frente a "debilidades potenciales", algunas evidentes, como el rechazo que padecen en diferentes ámbitos sociales (familia, escuela...) o una falta de referentes y cierto sentido de frustración a la hora de compartir sus vivencias con personas en su situación.

A las jornadas acudieron tanto la directora general de las familias y la infancia, Amparo Marzal, como el subdirector general del departamento, Félix Baraja. Éste señaló que la familia ha evolucionado de la jerarquía a la igualdad "y frente a ello las políticas públicas deben dar respuesta en forma de cambios legales y programas que apoyen todos los modelos".

Información extraida de: El Pais

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