20 septiembre 2006

BEATRIZ GIMENO: "UN NIÑO PUEDE ESTAR BIEN CON DOS MAMÁS"



El matrimonio homosexual, la adopción de niños para parejas homosexuales son algunos de los temas que, en España, generan actualmente debate en la agenda social. Beatriz Gimeno es una de las principales activistas del movimiento de lesbianas en dicho país. Recientemente estuvo de visita en Lima.


"Cuando terminé mi carrera, me fui a vivir a Sevilla. Estaba embarazada y fui siguiendo a mi pareja. Ese período fue una pesadilla. Me fue muy difícil hacer amigos. Estaba muy aislada. Además, en Madrid tenía mucha actividad política -en la izquierda- y aquella vida del niño, el marido y la casa, la verdad que me mataba", explica Beatriz Gimeno.

¿Por eso se acercó al feminismo?
Fue debido a lo mal que me encontraba. Mi pareja también era de izquierda y socialmente comprometida, pero luego el trabajo, meterse en esta rueda de comprar apartamento y coche y esas cosas, lo fue cambiando, pero a mí no. Por ello empecé a asistir a grupos de mujeres y me comprometí con el movimiento feminista.

¿Cómo entró al lesbianismo?
Porque me enamoré de una mujer, cosa que nunca se me había pasado por la cabeza que pudiera sucederme. Cuando esto ocurrió empecé a pensar cosas como que el deseo es mucho más flexible de lo que se dice, de lo que nos enseñan.

¿Cuál es la relación entre el movimiento de lesbianas y el movimiento gay, en España?
Es una relación complicada. En España, es una alianza estratégica -incluidos transexuales- que ha dado muy buenos resultados. Aquí he visto mucha desunión incluso dentro de los movimientos. Pero sí tenemos problemas. Quiero decir que unos son hombres y otros mujeres entre los que ni siquiera compartimos el deseo -por lo menos, los heterosexuales nos miran, pero los gays-; entonces, es el colmo de no tener nada que ver.

¿Hay machismo gay?
Sí. Aquí no lo he visto tanto, pero supongo que no tardará, porque son modas. En España, los gays son terriblemente machistas. A veces, más que los heterosexuales, porque ellos por lo menos necesitan a las mujeres, tienen que pactar. Pero los gays, ¿para qué van a ceder el poder que les corresponde como hombres? Hay dos temas que han causado revuelo en España: matrimonio homosexual y adopción.

Muchos consideran que las parejas homosexuales no deben tener hijos.
El tema de la adopción causa recelo, porque hay niños implicados -y el tema de homosexualidad y la niñez siempre invoca al fantasma de la pederastia- y porque se cree que los niños necesitan un padre y una madre, como una ley natural. Pero gays y lesbianas no somos estériles. De hecho, ya tenemos hijos sin ley que lo permita. Entonces, el tema es en qué condiciones vamos a criarlos.

Los opositores a esto dicen que un niño es muy maleable, que padres gays no lo ayudarán a definir su género.
Lo que digan, pero el tema es que hijos ya tenemos. Entonces, de lo que se trata es de hacerles la vida más fácil a esos niños. Por ello legalicemos la situación. En países muy conservadores, como Estados Unidos, la adopción no despierta escándalo. No es que estén de acuerdo sino que es una realidad. Lo que sí despierta más problemas es el matrimonio.

¿Por qué?
Porque de alguna manera les estamos robando una institución muy querida por la sociedad. Usted creció con un papá y una mamá. ¿Cree que es mejor o peor que crecer con dos mamás?
No es igual. Es diferente. Pero las posibilidades de bienestar son las mismas. Depende de los padres. Un niño en una familia heterosexual desgraciada será desgraciado; y en una familia homosexual desgraciada también. Un niño no necesita específicamente un padre y una madre; necesita cariño, cuidado, felicidad y bienestar.

¿No cree que estar en una pareja homosexual hace más difícil que el niño se defina como chico o chica?
Los estudios -pueden verse en www.felgt.org- dicen que los niños que crecen en familias homosexuales son diferentes, no tienen los roles de género tan marcados -si ven una escoba, por ejemplo, no la asocian directamente a la mujer-, son más abiertos sexualmente, no tienen barreras -lo cual me parece a mí una ventaja-. La proporción de homosexuales y de heterosexuales en ellos es la misma -al fin y al cabo nosotros venimos de parejas heterosexuales-. Lo que sí aparece en los estudios es que no tienen homofobia ni problemas en experimentar homosexualmente -y no es que todos lo hagan, pero no les molesta-. La orientación sexual no se fija en la familia. Si fuera así, una viuda o una madre soltera tendría hijos homosexuales. Es más, en España los niños han crecido toda la vida con la mamá y la abuela. La presencia del padre es algo moderno, de los años 50. La referencia masculina, en un mundo lleno de hombres, la tienen siempre -hermanos, tíos, profesores, etc.-.

¿Qué le diría a un padre que encuentra que su hijo es homosexual?
Que si quiere a su hijo y quiere seguir teniéndolo cerca, lo asuma, porque no va a cambiar, hagan lo que hagan. El apoyo familiar siempre es importante para la felicidad de toda persona.

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