29 enero 2007

LA IGLESIA CATÓLICA INGLESA NO ACEPTARÁ A HOMOSEXUALES COMO PADRES ADOPTIVOS



El primado de los católicos de Inglaterra y Gales ha advertido por carta al Gobierno británico, en un gesto considerado insólito, de que la Iglesia no puede aceptar una ley que prohíbe a las agencias de adopción católicas discriminar a las parejas homosexuales.

El cardenal Cormac Murphy O'Connor, arzobispo de Westminster, ha escrito a todos los miembros del Gobierno de Tony Blair para comunicarles su posición contraria a esa ley, que ha causado divisiones en el seno del propio gabinete laborista.

En su carta, filtrada al diario "The Times", el cardenal se apoya en la doctrina católica para advertir de que las agencias de adopción dependientes de la Iglesia "no podrán tener en cuenta a parejas homosexuales como potenciales padres adoptivos".

"Creemos que se trataría de una discriminación ilógica, innecesaria e injusta contra los católicos obligar a las agencias de adopción católicas a actuar contra las enseñanzas de la Iglesia y sus propias conciencias", escribe el cardenal.

La Iglesia amenaza con cerrar doce agencias de adopción que dependen de ella a menos que se la exima de la Ley de Igualdad del 2006, que prohíbe todo tipo de discriminación contra las parejas homosexuales.

No es la primera vez que la Iglesia católica interviene de modo tan activo en la legislación británica: el pasado otoño llevó a cabo con éxito una campaña contra un plan del Gobierno que pretendía obligar a las escuelas confesionales a reservar una cuarta parte de sus plazas a alumnos de cualquier otra fe religiosa.

El asunto de las adopciones divide en cualquier caso al propio Gobierno y, así, de modo en parte paradójico, la ministra responsable de la Política de Igualdad, Ruth Kelly, católica y miembro del Opus Dei, encabeza en el gabinete la oposición a esa ley.

Según varios medios británicos, Kelly parece decidida a incluir en la Ley de Igualdad, que entrará en vigor el próximo abril, una cláusula por la que se exima a la Iglesia católica, algo a lo que se oponen otros influyentes miembros del Gobierno.

Entre éstos figuran, según se ha sabido, el titular de Educación, Alan Johnson; el líder de los Comunes y ex ministro de Exteriores, Jack Straw; el ministro de Medio Ambiente, David Miliband, y la de Cultura, Tessa Jowell.

El propio primer ministro, Tony Blair, anglicano, pero considerado próximo a la Iglesia católica, a la que pertenece su mujer, la abogada Cherie Blair, salió en defensa de la posición católica y en una reciente reunión con diputados laboristas expresó el temor de que se cierren esas agencias de adopción.

"The Independent" recordaba el pasado domingo que la ministra Kelly, que no ha querido decir públicamente si considera que la homosexualidad es un pecado, no votó tampoco en su día a favor de la legalización de las alianzas civiles entre homosexuales aduciendo "motivos de conciencia".

Kelly insiste en que se mueve sólo por el interés de los menores que se dan en adopción: cerca de 3.000 el año pasado en este país, de los que sólo un cuatro por ciento se tramitó por agencias católicas.

Las medidas que prohíben discriminar a los homosexuales han suscitado oposición también entre algunos evangélicos, que critican el que pueda procesarse, por ejemplo, a los propietarios de hoteles que se nieguen a admitir a parejas homosexuales en la misma habitación, algo de lo que se han quejado ya varios hoteleros cristianos.

Sin embargo, un portavoz de la Iglesia anglicana ha señalado que las nuevas regulaciones sobre orientación sexual no afectarán a sus agencias de adopción, que juzgan a las parejas que desean adoptar por su idoneidad y las necesidades de los niños.

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