05 septiembre 2007

Los sucesores de quienes aplaudían al Caudillo bajo palio llaman liberticida a ZP


“Vivimos en una dictadura”, sentencia la pepera Copedal

Estamos hastiados –cada días más- del vendaval de mierda que vierte la derecha política, eclesiástica y mediática sobre la asignatura Educación para la Ciudadanía. Es decir, sobre el Gobierno Zapatero. Dolores de Cospedal, presidenta del PP en Castilla-La Mancha y fracasada candidata en las pasadas elecciones autonómicas, ha tenido la osadía de comparar esa asignatura con la de la Formación del Espíritu Nacional. “Franco en su día quería una materia de adoctrinamiento”, ha declarado a La Razón
.

Cospedal, perteneciente al clan de las pijas populistas que capitanea Esperanza Aguirre, asegura que tal asignatura es “propia del fascismo”. “Una manera de recuperar el franquismo”, añade esta demagoga de la derecha sociológica, que fue el sustrato de los cuarenta años de tiranía. “Si el Estado puede educar a los hijos (…) sin que los padres se opongan, es que estamos viviendo en una dictadura, lo llamen como lo llamen”.

Desde su emisora, vaya
Cañizares, cardenal arzobispo de la diócesis de Toledo y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, se ha dirigido a sus fieles desde los píos micrófonos de la COPE –desde su emisora, vaya- y ha dado una vuelta de tuerca más a su feroz enfrentamiento con los socialistas. Que es de lo que se trata. Que es lo que pretende. Este agitador, de mitra y de capelo, ha dicho: “El Estado se erige en formador moral e impone su moral a todos los ciudadanos, privando de libertad a la ciudadanía (…) Sin hombres libres no hay una verdadera ciudadanía”.

Tamaño espectáculo
Estamos hastiados y abochornados de tamaño espectáculo. En la SER, Luis Carbonell, presidente de la Concapa –no hay que confundir, sin embargo, esta organización integrista católica con la capa, moda Trento, que luce a veces, y sin rubor alguno, Cañizares-, nos obsequió con otra dosis oprobiosa de sofismas. Habló también de la Formación del Espíritu Nacional y la homologó con Educación para la Ciudadanía. Entonces, no había libertad; hoy, tampoco, vino a decir semejante petimetre de quien no se sabe aún qué pesa más en él, si la ignorancia o el sectarismo de los intransigentes.

Ancien Régime
Contemplamos, con creciente irritación y no menos aturdimiento, que los herederos del Ancien Régime -aquel retorno al absolutismo bendecido por los jerarcas de la Iglesia, aquella fórmula de fascismo a la española o de fascismo nacionalcatólico- se erigen actualmente en paladines de la democracia.

Presunta modernidad
Que el pensamiento neofascista -convenientemente disfrazado de presunta modernidad- sea o no hegemónico, o más hegemónico aún, está en juego el próximo marzo. Conocimos la derecha de las botas y la de los votos. Pero ya supimos cómo se las gasta la de los votos también. Los vimos gobernar. Y los hemos tenido que soportar -en sus desmanes, sus mentiras y sus colosales tergiversaciones- durante estos casi cuatro años de Gobierno progresista. Los sucesores de los que ovacionaban al Caudillo bajo palio llaman ahora liberticida a Zapatero. ¡Fariseos!

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