29 marzo 2008

Un informe insta a los países asiáticos a cambiar su estrategia contra el sida

ENCARGADO POR ONUSIDA

  • Si no se actúa, en 10 años pueden producirse ocho millones de nuevas infecciones
  • 'Las cotas de inacción son demasiado elevadas' en esta región, dice uno de los autores

MADRID | NUEVA YORK.- Los países asiáticos tienen los recursos, la tecnología y la capacidad organizativa para dar una amplia respuesta a la epidemia de sida. Sin embargo, deben ponerse las pilas y cambiar su estrategia contra la pandemia. Ésta es la conclusión de un informe que un comité de expertos ha elaborado bajo los auspicios de ONUSIDA, la agencia de Naciones Unidas para esta epidemia. De lo contrario, en la próxima década podrían producirse cerca de ocho millones de nuevas infecciones.

Mientras la atención internacional se concentra en los desastres de la pandemia en el África subsahariana, la región del mundo más afectada, ONUSIDA también ha dado la señal de alarma en Asia, el continente más poblado. No es la primera vez que, de hecho, el organismo de Naciones Unidas apremia a los países asiáticos para que actúen verdaderamente contra el sida.

La epidemia crece rápidamente en este continente y se ha convertido en la principal causa de muerte entre los asiáticos jóvenes (15 a 44 años). Casi cinco millones de personas están infectadas por el virus del sida (VIH).

Aunque la epidemia varía considerablemente según el país, el informe confirma la prostitución como la principal causa de contagio del VIH (con 75 millones de clientes y 10 millones de prostitutas); seguida por el consumo de drogas inyectables y las relaciones sin protección entre hombres homosexuales. "Toda tentativa de controlar [la pandemia] debe apuntar a esos grupos", señaló Chakravarthi Rangarajan, presidente del grupo que ha elaborado el trabajo. Este análisis, encargado por el director de ONUSIDA, Peter Piot, ha sido elaborado por la Comisión sobre el Sida en Asia, un comité independiente formado por nueve expertos de diferentes disciplinas y procedentes de toda Asia.

Rangarajan cree que deberían tomarse medidas para asegurarse de un empleo más amplio de los preservativos. La comisión cree que centrando los programas de prevención en el comercio sexual y el consumo de drogas, podría conseguirse un considerable impacto en la incidencia de la pandemia.

Pero según Rangarajan, la actual distribución de recursos no está centrada en las intervenciones prioritarias. Menos de un tercio de las prostitutas tiene acceso a los servicios de prevención. En otros grupos clave, como los hombres homosexuales y los drogadictos, estos servicios sólo llegan al 5% de los posibles beneficiarios. Por otra parte, los antirretrovirales sólo llegan a una de cada cuatro personas que los necesitan y eso que "la mayoría de los gobiernos asiáticos tienen la capacidad de proporcionar tratamiento antirretroviral de primera línea".

Según la comisión, una inversión anual de sólo 30 centavos de dólar (unos 20 céntimos de euros) por persona centrándose en programas preventivos podría revertir la epidemia. Si la inversión se elevase a 50 centavos o un dólar (entre 30 y 64 céntimos), podría cubrirse el 80% de los programas de prevención, tratamiento y asistencia.

Falta de urgencia

El trabajo reconoce la labor que están haciendo algunos países (Camboya, Tailandia y ciertas zonas de India) pero encuentra una falta de urgencia o coherencia en la respuesta de muchos otros. "Las cotas de inacción son simplemente demasiado elevadas", declaró Rangarajan. La actual clasificación de la epidemia (ningún país asiático presenta una epidemia "generalizada", sino concentrada en los mencionados grupos) genera un sentido de complacencia entre los gobiernos asiáticos, denuncia el informe, con el significativo título 'Redefiniendo el sida en Asia'. También debe reservarse un papel activo para las organizaciones gestionadas por los propios miembros de esos grupos de riesgo.

"Poniendo en marcha las recomendaciones de la comisión, los países asiáticos pueden cortar los aumentos masivos en infecciones y muertes, evitar pérdidas económicas y salvar a millones de personas de la pobreza", coincidió el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon.

Si los países asiáticos no se ponen manos a la obra, el informe advierte que entre 2008 y 2020 podrían producirse ocho millones de nuevas infecciones por VIH. Por el contrario, si se toman las medidas adecuadas este aumento se mantendría en 'sólo' tres millones. Si se toman medidas, las muertes anuales por el sida se quedarían en las actuales 300.000 personas. En caso contrario, ascenderán a medio millón.

Las estimaciones del informe (que, en cualquier caso, insta a los países a que pongan medios para conocer mejor el alcance de la epidemia) se basan en 18 meses de trabajo, reuniones con más de 30 expertos y 600 personas representantes de organizaciones de la sociedad civil, así como la revisión de más de 5.000 estudios. "Durante los últimos 18 meses, la Comisión ha recopilado, revisado y sintetizado la evidencia científica sobre la epidemia en Asia para recomendar una respuesta más eficaz", ha declarado Rangarajan.

Sus conclusiones "muestran claramente que la respuesta a la epidemia tiene que diseñarse a medida de las realidades asiáticas", dijo Peter Piot. "No existe una sola realidad en Asia, sino muchas".

El Mundo

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